25.6.05
La salsa inglesa no se baila
Noticias recientes de nuestra corresponsal en un lugar que definitivamente está en el Reino Unido, acaban de echar por tierra nuestros intuitivos conocimientos.
Afirma categóricamente que, la sonadísima Salsa Inglesa no tiene que ver con ritmo alguno ni pertenece a la música popular de tan célebre isla. Y aquí me tienen creyendo que no sólo los Beatles, Radiohead, U2 y los Rolling, sino también esa pegajosa música que se baila tan bien vienen de aquel conjunto de islas. Suponía yo que los ingleses llegaron hace muchísimos años a Colombia y no sólo dieron a conocer su afición por las infusiones, el fútbol y una hora del día para coger con delicadeza la tacita y hacer migas. En eso creía yo, en que su desembarco también acarreó un germen que se apoderó de todos nosotros y nos alimentó de aquel ritmo tan nuestro. También me queda claro ahora por qué me iba tan mal en historia universal.
Pensándolo con blógica, estaría difícil mover a los ingleses al ritmo de salsa... y aún más el lograr que alguno, con todo y esas curiosas falditas y las gaitas, llevara tan sabrosa cadencia enmedio de las siempre brumosas calles de allá.
Lo curioso de este asunto es que la mentada salsa inglesa no es precisamente inglesa...
Sucede que un par de químicos(?) que se apellidaban Lea y Perrins (la marca actual de la salsa más vendida) recibieron el encargo de Lord Sandy de Worcestershire, quien estaba prendado a las salsas agridulces que probó por un buen rato en la entonces colonia inglesa que ahora es la India. El caso es que ellos se pusieron a crear una salsa bien original y agridulce. Abandonaron el proyecto porque no le daban. Dos años más tarde volvieron a abrir el barril que habían preparado (antes las cosas se hacían en proporciones considerablemente más grandes) y probaron la salsa... El añejamiento de la misma mejoró mucho su sabor, era como los buenos vinos, que con el tiempo se vuelven mejores. Contentísimos se pusieron a comercializarla a partir de 1837 y desde entonces tenemos salsa inglesa. Toda vez que los ingleses son ingeniosos comerciantes, la popularidad de la salsita se extendió, por lo que se volvió famosa y relevante. Aunque la fama no llega sola, se necesitan mitos y grandes nombres.
Un muy buen ejemplo de gran nombre es el coctel (del inglés cock y tail, por cierto) “Bloody Mary“, que es célebre por ser un muy socorrido “tratador“ de crudas. Además la salsa inglesa es de esos pocos ingredientes que están siempre en busca de platillos... ahora la vemos muy seguido en las carnes, luego en las sopas y hasta en las ensaladas.
Por cierto, sólo $ 13.90, precio de mostrador. Demasiado barata para ser un alimento que se lleva dos años de añejamiento y está hecha a partir de ingredientes “secretos“... A mí se me hace que es sólo eso, un gran mito, tan grande como la Reina de Inglaterra y la sonrisa de Tony Blair.
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