11.6.12

Dos sueños dos (con música)



En una suerte de clinica de sucios pasillos cuyas paredes estan cubiertas de azulejos blancos, cuadrados. Un poco abandonado y sucio, camino sin rumbo. Se que alguien me ha invitado a ver algo interesante. Sorprendido, me encuentro a dos sujetos que me invitan a presenciar algo horrible: una especie de autopsia en la cual no parece haber otro objetivo que desmembrar el cadaver en su totalidad, con gran paciencia pero poca habilidad. Yo soy una especie de asistente vestido con una bata anticuada. Recibo las partes y las voy acumulando en una especie de bolsa de tela, en la cual una a una van entrando. Recuerdo que el cuerpo pertenecia a un hombre o mujer asiáticos.

Termina la sesión, hay fluidos por todas partes. Siento una mezcla de asco y temor a la naturaleza del acto en el que me encuentro y me asumo al menos complice. Salimos de la clínica, tal vez con la bolsa, no lo tengo claro. Es una calle de baldosas, dotada de un aire mas bien europeo. A mi izquierda hay un edificio que parece una iglesia protestante noruega, luego los  escudos y banderas alrededor del edificio me hacen distinguir el blason del canton de Berna.

Cae la noche y entramos a un restaurante que mas bien parece una vieja casa en el cualquier ciudad tropical de la costa. Las paredes son azules y están desgastadas, hay poca luz y hace calor. Nos sentamos a la mesa, aunque ya somos cuatro. Hay una mujer cuya identidad no logro recordar. Uno de los hombres, de mayor edad y aspecto fornido, ordena un plato de salmon ahumado, acompaniado de vino blanco para los cuatro. Me sorprende un poco que ordene en nombre de todos pero acepto sin comentar nada. La comida es servida y mas tarde advertimos en las mesas de atrás dos comensales mas bien adolescentes que al parecer son ucranianos. Uno de ellos parece tener dotes de malabarista, pues se encarga de jugar con manojos de fibras (en el sueño parecen mas paquetes de fideos, pero en fin) con gran habilidad. Ambos hablan en una lengua que apenas distingo y no entiendo, además el ruido de los comensales es considerable y poco se puede apreciar. Mas tarde, durante la sobremesa, alcanzo a ver una pantalla donde se proyectan dibujos animados, una especie de procesión con mascaras que avanza en la noche mientras llueve a cantaros; la lluvia se ve de esa gravedad tan agradable que tiene el anime japonés de mostrarla. La procesión esta encabezada por personajes fácilmente asociables con El viaje de Chihiro. Lo que mas me hace retener la imagen es la música de fondo, que es precisamente una versión orquestal de Revelge, una de las canciones del ciclo Des Knaben Wunderhorn de Gustav Mahler. Revelge ciertamente se desarrolla en forma de marcha, con tarolas, metales, percusiones y un barítono, mas bien en Andante, diría yo. No recuerdo mas.

Decidí escribir esta entrada porque es la segunda noche que la música de Mahler, con toda su textura y riqueza, se aparece en mis sueños. Hace dos días el sueño fue con el Langsam--Allegro de la séptima sinfonía de Mahler. El contexto es difuso para mi ahora, aunque recuerdo haber visto dos trompetas tocar ese llamado languido y nocturno (justo en el 6’33” en el video) tan hipnotizante de la séptima sinfonía. Esas trompetas en realidad anteceden la explosión en cadena que lleva al clímax del movimiento, una vez mas en forma de marcha (para eso hay que ir a la parte tres del video aquí citado). El final de la séptima es demencial, en eso estamos de acuerdo. 



Este movimiento me tuvo obsesionado por mucho tiempo. Lo escuchaba por las mañanas, mientras desayunaba acodado en la mesita aquella que se doblaba en tres, cuando vivía en la Isidro Fabela y aprendia a vivir en soledad. Cualquier fin de semana, luego de haber vuelto de correr en el bosque de Tlalpan, con la digestión trabajando y tirado en el sofá cama, mirando hacia el cielo casi siempre muy azul. Matias el gato estaría seguramente observando en cuatro patas desde cualquier esquina llena de pelos.

Rescaté los sueños por la música, por lo que ella para mi significa. De hecho, creo que es solo gracias a la música que he logrado recordar ambos sueños. Siempre tengo muchos sueños donde las historias son casi siempre fantásticas, lo malo es que olvido su contenido mientras me revuelvo en la cama o pienso en lo que el dia va a traer. Los dos días anteriores han coincidido con que me levanté a la primera y me fui a duchar de inmediato. Tal vez eso ayude a mantenerlos mas o menos intactos en la memoria durante la maniana. Ahora que los he transcrito, los recordare mucho mejor.

Finale: Hoy por la maniana, lei en “This is your brain on music” (libro que no recomiendo del todo porque el tiempo invertido es demasiado para el conocimiento valioso que se extrae de el, esto es, bien podria ser la cuarta parte del volumen y decir lo mismo) que de alguna manera, nuestras preferencias musicales mas profundas, aquellas que son para uno las mas entrañables, casi siempre llegan con la adolescencia, o que cuando menos la capacidad de apreciar la musica se aparece mas o menos en esos tiempos. Explican que eso tiene que ver con el desarrollo del cerebro, que permite por primera vez al animal humano distinguir melodias mas complejas, a diferencia de los niños y bebés, que no pueden apreciar dicha complejidad. De ahi la musica infantil y su contorno lineal. Yo dudo poder contarme entre ellos, porque a mi la verdadera musica que me marco fue hasta que cumpli los 18 o 20 anios. Tal vez simplemente tuve una adolescencia tardia, y creo que fue el caso ahora que lo pienso bien.

En otras noticias, me acabo de enterar que Matias el gato se acaba de morir. Cosa tan triste. Va una foto de recuerdo.