23.9.07

Tanto Mahler y tan poco tiempo!

¿Cómo dice el poema aquel? Es tan corto el amor, es tan largo el olvido...

El año pasado la OFCM, en manos de Barrios, tocó todas las sinfonías de Shostakovich. Aquello fue un acontecimiento, porque no todos los días -que va!, no todos los años- existe la posibilidad de decir que hace justamente 100 (eso fue en el 2006) nació el célebre DSCH. Sin mayor preámbulo tocaron todo el año pasado, tocaron las quince, las quince en un año, aunque parezca demasiado. Claro, también se permitieron pecadillos, como uno que otro vals y mueca musical del estilo.

Lo interesante -y que simplemente pasó- fue que decidieron dedicar el 2007 a toda la producción de Mahler. Eso ya no es noticia, porque la primera se tocó hace ya varios -muchos!- meses, sin embargo, vale la pena comentar que más allá de reseñar cada una de las sinfonías que fueron ejecutando mes a mes, el simple acto de dedicar todo el año a la producción mahleriana, es de celebrarse. No, no se ha de terminar el 2007 sin que recordemos que fue año Mahler, aunque el mismo Mahler no haya nacido ni muerto en año que pueda asociarse: porque si hacemos cuentas, naciendo en 1860 son 147 años de su nacimiento, por otro lado, como murió en 1911, hace 96 años que lo recordamos. Está claro que ninguno de los dos números está para darnos motivos numéricos y celebrar.

No importa, la séptima es en unos cuantos días (5 y 6 de octubre) y esperemos que nos de esas luces tan raras que incluso ahora nos parecen algo más que extravagancias.

He de reconocer que estoy a la expectativa, porque es la única que nunca he escuchado en vivo, y es mi favorita. Ya veremos qué tal suena porque, ciertamente, las demás no han decepcionado, que va, han dejado anécdotas para recordar:

i. La primera, con Suaste a todo pulmón, bastante fresca.

ii. La segunda, con la orquesta en sordina desde el vestíbulo de la sala Silvestre Revueltas, videograbada y transferida en vivo hasta los ojos de Barrios, para que pudiera dirigirla.

iii. La tercera, en el atrio del Palacio de Mineria, con el trombón tan nocturno y las trompetas tan lejanas, en el piso superior, acompañando al coro de niños que desde arriba cantaban semejando ángeles, una comparación que en esta interpretación fue totalmente válida.

iv. Maravillosa cuarta, ni que decir. Aunque claro, no supera la cuarta del 2003 con la OSM e Irasema -siempre Irasema- Terrazas.

v. Apocalíptica -así le dice Brennan-, aunque difiero, porque es más bien explosiva, es toda juventud y joie de vivre, muy al estilo mahleriano, saliendo del infierno para tocar el cielo.

vi. Absolutamente sorprendente, porque vivirla en la más furiosa tormenta y pasar tres apagones -para tener que reiniciar- le dio toda, toda la atmósfera de Trágica. En resumen: Puro miedo mahleriano al terrible destino.

Nos quedará hablar de la séptima en unos días. Curiosamente, hay que recordar que la última vez que se ejecutó fue en el 2001, si no mal recuerdo, fue la OSEM y con Bátiz. Brennan (más no supe) dijo que sonó bien. Le queda ahora a Barrios dejar una muy buena impresión de ésta, la sinfonía menos ejecutada de Mahler, la canción de la noche.

Hay que agarrarse! porque no tardan ya la octava y novena... ya veremos.