De una vez por todas me he animado a escribir esta entrada para relatar que se siente correr 80 km de un jalon.
Todo comenzó con las carreras de salvajes. Sabrán uds. que he sido entusiasta seguidor de la carrera y que me gusta en particular correr en el bosque y entre los cerros. Empece a correr con los salvajes en Mexico hará unos 6 años. Primero fue cosa de hacer carreritas moleras de 14 o 20 km, las cuales me dejaban verdaderamente jodido. El tiempo fue pasando y el cuerpo fue aguantando mas, hasta llegar a correr un maratón de montaña (el de Mont-Blanc en 2009). Mi plan a largo plazo era algún ultramaraton, aunque nunca tuve claro cuando iba a llegar ese día. Lo que si es cierto es que uno comienza a buscar mas distancia de forma automática. Un día te ves revisando la convocatoria para una carrera de 100 millas (el Leadville 100, por ejemplo) y te das cuenta de que aunque aun suena a demasiado, ganas no te faltan.
Correr el Eco-trail de Paris fue idea de Vincent, un amigo de Christophe que deberá pasar los cuarenta años, con dos ninios y una esposa de origen ruso. El apenas tendrá unos tres anios en lo de las largas distancias y tambien le hace al triatlón. Pues resulta que me invito hace ya algun tiempo, casualmente durante la cena de año nuevo en Zurich. La invitación fue refrendada un par de ocasiones mas en algunos mensajes de correo electronico a proposito de las nuevas carreras por venir. De hecho, con el corri el maratón de Jungfrau (aquel que abandone en el km 29). Ya me sentía yo un poco en deuda con él, así que tenia en mente corresponder de alguna forma la atencion de venir a correr conmigo.
Yo no habria corrido esos 80 km de no haber tenido todo ese tiempo muerto en enero de este año. El trajin para obtener la visa y el permiso de trabajo en Holanda se complico y termine sin empleo durante un mes, para lo cual tuve la necesidad de recurrir al ETH para que me facilitaran un contrato no remunerado que me permitiera "ser" residente suizo y poder hacer uso de la embajada holandesa. Total, al final del dia consegui mi visa y toda la cosa, pero all in all tuve que pasarme un mes en vacaciones, cosa que jamas me habia sucedido, por cierto. Con tremendos treinta y un dias (enero es un mes largo) por delante me puse a pensar. Y si, termine por decidir que iba a correr el Eco-trail. No me tarde en enviar un mensaje a Vincent para confirmar mi asistencia, y a los pocos dias ya estabamos Ester y yo buscando billetes para Paris.
El entrenamiento no fue brutal, pero si dedicado y razonado. El invierno no ayudo en nada, pero aun asi logre hacer una base fuerte de kilometros durante ese mes. Habre hecho unos doscientos veinte. El mes siguiente comence a trabajar, pero igual ya traia yo vuelo y pude darle con casi el mismo entusiasmo. Las salidas a -10 °C de 25 a 30 km eran lo comun durante el fin de semana y al menos dos veces hice un maraton durante el dia con mochila al hombro para ir acostumbrandome al rigor de la carrera. Me hice del equipo adecuado y no deje la rutina ni en los dias mas frios. Recuerdo haber corrido hasta en Berna el dia que recogi la visa. Tan espontaneo como traer consigo los tenis y la fuerza para dejar encargada la bolsa e irse a subir las colinas de la capital suiza. Debi traer la camara aquel dia, el paisaje nevado desde el Rosengarten que corona la ciudad es casi de postal. De postal congelada porque estábamos a -20 °C y el aliento se me congelaba al salir de la boca. Otro dia corri en Leiden unos 26 km y sin advertirlo, se me congelo el trasero. Tal cual. Cuando llegue a casa me di cuenta que no sentia una parte importante del derrière (como unos 25 cm2 en total). Hizo falta una ducha extendida y algo de masaje para recuperar la sensibilidad en la piel. Uno aprende que el sudor acumulado puede llegar a ser un tanto peligroso. En suma, todos los entrenamientos me sirvieron mucho para darme fondo y seguridad ante tal distancia, a pesar de que la mayoría de ellos fueron en el plano, planísimo terreno holandés.
Tres semanas antes del reto dejé de acumular kilómetros y me enfoque en trabajar la fuerza y no lesionarme. Salidas diarias de 10 km en terreno tan irregular como fuera posible (eso es mucho pedir en la región central de Holanda, razón por la cual el dichoso trail running no es practicado aquí) y a velocidades respetables. Total, tomé con calma (me refiero al alcohol) y mas en serio esta carrera que las anteriores, pues no queria abandonar por falta de preparación.
Llego el dia. Nos fuimos en el Thalys a Paris, bonito tren rapido que hace paradas solo en las ciudades grandes (Amsterdam-Schiphol-Rotterdam-Amberes-Bruselas Midi y Paris) y es muy comodo. En cosa de tres horas ya estas en Paris. Carga de carbohidratos en el tren cortesia de Ester: tremendo tupper con una ensalada de pasta, atún, tomates y dios sabe que otra cosa. Llegamos a casa de los Gerusz suficientemente tarde como para meterse de inmediato a la cama y esperar conciliar el suenio.
Seis de la mañana, arriba. Ducha, desayuno super basico (infusion ligerita, manzana y banana) y vamonos a Saint-Quentin-en-Yvelines, que es donde la carrera da inicio. Logramos llegar a tiempo (ellos viven en Porte de Clichy, que es mas bien del otro lado) para tomar con calma el inicio de la carrera. St. Quentin-en-Yvelines esta como a 60 km de Paris, es un suburbio boscoso que acoge la Universidad de Versalles y esta conectado por la red suburbana de trenes RER. En el parque ecologico de esa region inicia la carrera. Mediodía y ahi estamos los poco mas de dos mil corredores. Tambien hay una carrera paralela de 50 km (sale de las afueras del palacio de Versalles) y otras de 30 y 18 que son mas bien puro cotorreo para que si sea negocio esto del Eco-trail.
Que cual es el perfil del corredor de trail? Hay muy poca gente en sus veintes, varios en sus treintas tardios y muchos cuarentones y mas alla. El trail es un deporte que atrae a la gente de mas edad, ve tu a saber por que. Se puede ver a muchos adultos repletos de canas, correosos ellos, con miles de kilometros y el anecdotario lleno de carreras en todas partes. Porque el trail es una excusa perfecta para salir de viaje a cualquier rincon del mundo y masticar 160 km para el fin de semana, para luego volver tieso y satisfecho a trabajar como si de un lunes cualquiera se tratara. La gente es sociable en el trayecto hacia y durante la carrera. Conversaciones tipicas de como te sientes, cual es tu experiencia y que recomiendas. Una carrera tan larga requiere, naturalmente, una estrategia y cierto conocimiento de si mismo, asi como una estimación de cuales son los enemigos a vencer durante la justa. Con enemigos no me refiero a los otros corredores, sino al camino y, sobre todo, a si mismo. Acaso por eso sea el trail tan popular entre gente madura; es una carrera larga donde el principal obstaculo es convencer al cuerpo de continuar y administrar la energia de la mejor manera posible hasta el final. Esta demostrado que las carreras de larga distancia son de las poquísimas disciplinas donde se puede ser muy competitivo aun cuando la brecha de edad es enorme. Tomemos como ejemplo el maratón, donde el record de tiempo a los 19 anios se puede mantener hasta los 65, teniendo su cenit a los 25 o 27 anios y con un declive de edad muy suave. De tal suerte que hay maratonistas de 36 años que aun van a las olimpiadas, y ganan. Ganan porque la experiencia el conocimiento de si mismo hacen la diferencia en muchas ocasiones. Acaso por eso disfruto tanto las carreras de larga distancia.
Mediodía, decía yo. Arranca la carrera, enciendo la música, miro el reloj y le deseo suerte a Vincent en esta aventura. Nos hemos de encontrar en el primer piso de la torre Eiffel, que es donde terminan estos alucinantes 80 km. Hace un día soleado y templado, un agradable inicio de primavera para correr. Los corredores saben a que se enfrentan y la mayoría arranca de forma mas bien conservadora. Un ritmo de 10 km/h los pondría en la torre en solo 8 horas, así que saben que no hay necesidad de ir demasiado rapido, sino saber llegar. Es una grata sorpresa saber que no hay que ir tan lejos de Paris para encontrar áreas verdes tan vastas. La carrera inicia y hay que rodear un estanque donde la gente puede nadar, pescar y hacer otros deportes acuáticos. El desnivel de la carrera no es de consideración, pero tampoco para ignorarse: 1500 m en los 80 km, distribuidos mas o menos de forma regular, pero sobre todo en los primeros 45 km. La carrera, pues, la tomo con calma y llevo un paso constante y hasta energetico, sobre todo en las bajadas. Un corredor se me acerca en el km 16 y me advierte que deberia tomarlo con mas calma, que las bajadas me van a cobrar factura mas tarde, sobre todo en la base de las piernas. Agradezco el comentario y bajo un poco la intensidad.
Me siento muy bien, la carrera se siente ligera y hasta la mochila tambien. Traigo tres litros de bebida energetica (me quedo un poco concentrada, guacatelas) y mis recursos probados: unos 300 g de higos deshidratados, cuatro barras de energia (de las densas), tres geles de carbohidratos, un vasito de plastico para los puestos de avituallamiento, lampara frontal con baterias de repuesto, chaqueta ligera, banda reflejante, guantes y mangas de gore tex por si hace mucho frio (ha llegado a nevar en algunas ediciones), un buff para parar el viento en la cara y filtrar el polvo al respirar, micropore, un telefono para emergencias, un billete de 50 euros para cualquier contingencia y hasta un par de curitas, pues uno nunca sabe. Mucho de ese material es obligatorio y hay controles que de no ser cubiertos, tienen derecho a descalificar al corredor. Lo duro de esta carrera son los primeros 50 km, pues para tal distancia y solo hay un puesto donde se ofrece comida. No me imagino un maraton donde solo ofrecen asistencia en el km 22 y de ahi hasta el final. Y pues si, al parecer mucha gente abandono en el km 45, donde hay un puesto de control y solo hay agua. Es en el otherwise bonito observatorio de Meudon, una de tantas glorias desplazadas por el imperio inglés, el cual impuso como referencia a Greenwich. Si, alguna vez el tiempo en Europa pudo haberse definido con base en el Meridiano de Meudon, que esta justo entre Versalles y Paris.
Pero decía yo que lo mas duro son los primeros 50 km y tratare de explicar otra vez por que. La mayoría de los corredores agotan sus reservas de agua cada 20 km, y eso hace que cuando esta se termine el animo baje y la desesperación impere. Por mi parte, trato de mantenerme muy al tanto de mis reservas de agua y comida, y cada diez km, aunque no tenga hambre, me zambuto una barra o un gel o cualquier fuente calórica que me mantenga en pie. La falta de experiencia casi siempre hace que uno no se de cuenta de esto, y cuando ya llevas 30 en las piernas y sin suficiente comida, la deshidratación es casi siempre fulminante. Y es que no sientes hambre como para comer, asi que lo dejas pasar. No hay que olvidar que las carreras de larga distancia son esencialmente justas para comer lo máximo mientras se corre lo mas rápido posible. El principio es muy simple, pues sin gasolina el coche no camina. Hay que cuidar no quedarse sin gasolina, pero sobre todo no deshidratarse. De ese modo, cada diez km (o cada hora) nunca olvidé comer lo suficiente. Los primeros diez km no me abrieron el apetito, la carga de carbohidratos de anoche, pensé, para qué recargar el estomago. Lo cierto es que a los 18 las piernas me empezaron a doler, y no era otra cosa que falta de sales, asi que de inmediato me comi un gel (saben casi siempre horrible, pues no son mas que bombas de carbohidratos que se absorben de inmediato). Es curioso, la patada del gel es casi inmediata. Se pasa uno con agua los 50 mL del mejunje y a los tres minutos uno puede sentir que la energia comienza a fluir otra vez. Ahi esta el detalle tal vez, no hay que dejar que baje el suministro de energia si no quieres que baje el ritmo o el animo.
Llegan los primeros 22 km. Varios ya traen ampollas (el terreno es dificil y estamos como a 25 °C) y toman pausas largas, se sientan y lo toman con calma. Yo he aprendido a no detenerme mas que en lo esencial y mantenerme en movimiento, pero sobre todo a no sentarme, porque luego levantarse es mas difícil. Como cantidades ingentes de naranjas, bananas, compota (una especie de papilla de frutas con vainilla), agua carbonatada y coca-cola, que en esos momentos es un buen paro. Lleno la bolsa de agua (diluyo la que traia, mas bien, lo que por fin la hace bebible) y sigo mi camino. Lo importante es no perder la concentración ni acelerarse. El camino tiene pendientes pronunciadas y noto que mucha gente se distrae, se regala y hasta habla por telefono o se sienta unos minutos en la sombra a reposar la subida, había alguno que hasta el status del facebook actualizaba. Lo dicho, concentración es la clave. Sobra decir que el 18 % de los asistentes (poco mas de 200) abandonaron, y no es de sorprender que fueran aquellos que no vienen concentrados en el camino. En el km 39 llevo un paso conservador, pues se me han terminado los tres litros de agua que cargué en el 22; increíble el calor que esta haciendo, inusual para el inicio de primavera. De repente, un corredor reduce el paso y en un momento se desploma. Golpe de calor. Tratamos de reanimarlo pero no responde, no parece estar bien. Agua en el rostro, algunas calorias y deberá reponerse desde la ambulancia. Dos corredores se quedan con él, un tercero llama a emergencias y yo sigo mi camino, 500 m después anuncio a uno de los voluntarios que alguien necesita ayuda. Continuo con mayor tiento, pues sin agua y luego de ver aquello me asumo aun mas vulnerable. Llego con esfuerzo al 45, donde se que al menos agua, voy a encontrar. La clave aqui es no pensar en que falta casi otro tanto por recorrer. Estas debil por la falta de energia y desmotivado por lo que falta por cubrir. Hace calor y se hace tarde (serian pasadas las cinco), los calambres ya comienzan a depredar las piernas de los corredores y no falta quien se sienta a descansar y no puede volver a incorporarse. Estoy un poco sobre calentado y debil. Me baño en el agua que dan los voluntarios, lavo mi cara y anteojos, estiro las piernas contra una balcon y me fuerzo a comer una barra de energia, que me sabe a carton y nomas no me entra, pero hago el esfuerzo con la ayuda del agua que sobra por aqui. Termino de estirar para exorcizar los calambres y sigo a paso lento. En una esquina cualquiera aprovecho para orinar. El resultado es de consideración y algo doloroso, pero aun aceptable. Es importante vigilar el color de la orina, pues es un buen indicador de deshidratación y eventual daño renal. El color me dice que me he hidratado justo a tiempo. Listo aquello, es hora de volver a la carrera. Me motiva mucho el ver la torre Eiffel desde tan lejos, a 35 km de aqui, me digo.
Toma tiempo recuperar el ritmo de 10 km/h, pero llega, por fin, el 55. La estación de Chaville. Si has llegado hasta aquí la cosa no deberá ser tan difícil para llegar al final, porque ademas, a partir de aqui cada 10 km habra asistencia y comida. Todavia es de dia cuando alcanzo la estacion. Me halaga ver que a juzgar por su aspecto, los corredores se ven de bastante buen nivel y que incluso el puesto de abastecimiento para corredores de elite esta aun abierto y distribuyendo una sopa rara que es la que siempre le dan a estos cuates que son como maquinas. No me ha ido tan mal, pues segun los resultados, he pasado del 780 al 480 entre los km 22 y 45. Me quedo poco tiempo en Chaville. Estiro una vez mas y hago algunas sentadillas para reanimar los musculos algo entumecidos. Ni un calambre hasta ahora, caramba, que suerte he tenido hoy. Lleno la bolsa de agua, como una vez mas varias bananas, naranjas y practicamente cualquier cosa que me encuentro. Me concentro en hacer los doce que faltan para la estacion a los 67 km, la ultima dura, pues de ahi ya todo es bajada.
Cae la noche lentamente y es hora de arroparse con las mangas y con la asistencia de la lampara. Bosque y mas bosque, otra laguna, otras lomas y mas bosque con arboles sin hojas que lo hacen ver un poco tenebroso al caer la noche. A pesar de la fatiga mis piernas responden bien. Traigo un buen ritmo y en cuanto termino pendientes pronunciadas, en lugar de caminar, corro, corro siempre y sin parar. Sigo recuperando puestos y traigo un tiempo que ni yo me creo. A este paso terminare en poco mas de 9 horas. La noche es un buen aliado para la concentracion. Sigo mi camino entre las sombras cuidando no pisar ninguna roca ni dar traspies. Estos doce km que describo pasan indoloros, o casi, y muy rapido. Cuando menos lo advierto, ya estoy en el ultimo puesto de asistencia antes de la torre Eiffel, en Saint Cloud. Es de noche y veo mucha actividad aun, mas tarde me entero que con el tiempo que traigo puedo llegar entre los primeros 400. Veo varios corredores que se ven muy serios y musculosos y me motivo a continuar. Reinicio lentamente pero la fatiga parece distraerme y me equivoco de camino, por fortuna hay otros corredores que me corrigen y vuelvo a mi camino. Es una bajada pronunciada, 13 km mas para llegar a la torre. Pasan 4 km y ya estamos sobre el Sena, con todas los destellos de la Ciudad Luz. Al seguir el rio, que esta pobremente mantenido a esta altura y tiene un aspecto un tanto desmotivante, alcanzo a una corredora que juzgo japonesa y a quien he tenido cerca durante los ultimos 40 km. Ella no trae luz frontal y le ofrezco compartir la mia, pues esta bastante oscuro. Conversamos dos o tres detalles elementales (la fatiga no da para mas) y seguimos a buen paso. Es gracias a ella que no me desinflo en este momento, pues ella trae un paso muy decente y yo, la verdad, ya no tengo piernas para ir mas alla de 8 o 9 km/h. Pasamos varios corredores y noto como ella trae un mejor ritmo que yo. En algun momento se despega y la veo alejarse muchos metros, aunque no la pierdo de vista. Me pregunto si la alcanzare antes del final.
Hacer contacto visual con el objetivo, la torre, tiene de algun modo un efecto energizante. Imaginarla frente a si y correr hacia ella te da una energía que no advertías dentro de ti. Faltan dos o tres km, no lo se bien a estas alturas. Comienzo a imprimir mayor esfuerzo sobre mis piernas que desfallecen. Tan es asi que paso a la japonesa y sigo mi marcha frenetica mientras veo como me acerco a la torre. El camino no es recto, hay varias desviaciones que me hacen reflexionar si no deberia bajar la velocidad. A estas alturas no puedo tolerar nadie rebasarme, al contrario, los cuatro o cinco que me encuentro en el camino marchan despacio y con gran dificultad.
Y ahi esta, Trocadéro, el trafico es detenido y atravieso a toda velocidad. Atravieso la base de la torre, la premiacion de los primeros lugares esta teniendo lugar. Hago el sprint final para el cual siempre he tenido energia. Me doy cuenta al llegar a la escalera que no fue la mejor opcion, pues estoy completamente destruido y sin aliento y aun me falta subir las escaleras. Vaya prueba final. Subo freneticamente y sin aliento, apenas puedo atrapar la respiracion y decido bajar un poco el ritmo para no abusar de mi cuerpo. Aun asi subo tan rapido como puedo. Los turistas que cruzo me miran con sorpresa. Las escaleras parecen infinitas, no veo el final. Por fin, ahi esta, basta correr un poquito para atravesar la linea final. Por fin, 80 km recorridos.
Si, es una emocion indescriptible. Dan ganas de llorar y desplomarse en el piso sin querer moverse un centimetro mas. Recibo playera y medalla, mas tarde llega la chica japonesa y nos felicitamos. Le agradezco ser mi pacer en los ultimos 8 km, gracias a ella no he perdido el ritmo al final. Una vez abajo, Ester me espera con una gran sonrisa.
Ahora toca bajar. Hay que esperar el elevador pero su capacidad es limitada, asi que hay que esperar de pie. Una vez dentro del ascensor un hombre se desvanece y azota contra la puerta. Ojala se recupere, pues es hora de la cena. Hambre? No tanta, pero se que es necesario comer lo mas posible para que el cuerpo se recupere rapido. Camino con dificultad y decido ir a ver si por haber llegado temprano tengo acceso al servicio de masajes. Me dan uno para regresar a este mundo y luego veo al podologo de urgencias. Hay dos unias afectadas, una se levanto, recuerdo, en el km 20, y la otra por ahi del 50. Basta introducir una aguja hipodérmica (duele) para retirar la mezcla de sangre y plasma que las hace despegarse. Luego del tratamiento rapido ya estoy mas que listo. No faltan las escenas de drama donde los corredores estan mas jodidos que un trapo viejo y apenas pueden con su alma. Uno por alla grita ante la flexion de las piernas por el masajista. Otro vomita del dolor que le produce revertir los calambres. Otro mas se desploma en la escalera y termina maltrecho en el piso, gritando de forma exagerada. Me asumo afortunado por estar aun de pie y listo para volver a casa, después de 9h30 de carrera en el puesto 472 de mas de 2300. Vincent llega alrededor de media noche (la carrera se cierra a la una) y trae una tendonitis de consideracion desde el km 25 o algo asi. Vaya tuetano para terminar la carrera con tamania lesion. Apenas camina. Nos toma tiempo llegar al metro, pero por suerte lo alcanzamos y volvemos a Clichy.
Una vez en cama, el dolor es un poco en todo el cuerpo, y ademas de las piernas, en el torso y los hombros por haber cargado una mochila de 5 kg durante toda la carrera. Me habra durado unos diez dias, lo cual quiere decir que necesito fortalecer los hombros. Las piernas ya estaban bien en tres o cuatro dias, eso si, la subida, pienso yo, me costo una hemorroides.
Que sigue? 100 km en algun lugar que valga la pena visitar. Probablemente el lago de Como, en Italia, donde hay una carrera de tal distancia. Antes habra que hacer 50 km en Noruega con 4500 m de desnivel. Carrera en parejas para mi compadre Fer y yo.
Seguiremos informando.
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