A veces me revuelvo entre las sábanas
y sueño con ser una sombra que sueña contigo
en una noche perpetua
donde tu aroma
que es clavo y es vainilla
me guía hacia ti
como el Molto moderato de la sonata D 960 de Schubert
Los compases detienen el tiempo
y juega mi sombra entre tus sábanas
se reinventa, te toca hasta fundirse en ti, se multiplica en tu interior
Se queda a tu lado y te acaricia con pinceladas de luna
ningún reloj existe, la misma luna sabe que somos uno
Por las noches me acompaña esta sonata
mi mente se sumerge en ese tema tan de Schubert
nostálgico y contrastante
cuarenta y cinco minutos de su último año
este Molto moderato delicadamente obsesivo
que se extingue lentamente y me trae ensoñaciones
Sin advertirlo
la noche ha abordado el Andante sostenuto
sustancia de recuerdos y evocaciones
como un lento despertar después de tibios sueños de ayeres
Me encuentro en la noche
y me baño en un dulcísimo Scherzo
sintiendo sus notas como gotas de lluvia
que alegran mis labios y besan mis ojos
La lluvia se desvanece
y trae destellos de un Allegro ma non troppo
afirmación de la vida, efímera y melodiosa, como la de Schubert
A veces mi vida toda se acurruca en una sonata
cuando Richter y Haskil y Kempff y Lupu
hacen cantar al piano esta música
perfecta para corazones que no se pueden dormir a las tres de la [mañana
Todas las almas que buscan entre los silencios de la Sonata D 960
lo tienen por remedio infalible
unas cuantas notas administradas antes de irse a la cama
ayudan a bien dormir.
1 comentario:
Ah, la dicha de la juventud, de poder enamorarse y ansiar. Y de poder encontrar en la música el sucedáneo perfecto o el inductor perfecto del objeto anhelado y amado. La dicha de la juventud...
Publicar un comentario